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jueves, enero 06, 2011

Queridos Reyes Magos


Hoy han llegado los Reyes Magos a casa y aunque ya soy algo mayorcito para regalos, sí que me veo reflejada mi más tierna infancia en mi propio sobrino.
Ha recibido multitud de regalos porque, al parecer se ha portado extraordinariamente bien.
He visto diversas mascotas y personakes tales como bobo esponja, Los Simpsons, Gormiti... y en todos ellos un punto común, vanalización.
Tal vez me encuentre preso del "cualquier tiempo pasado nos parece mejor", pero claro escuchando la intro de los Thundercats no puedo pensar otra cosa.
Sin ser melómano ni mucho menos entendido en series infantiles de finales de los 80 y principio de los 90 (aunque debería serlo), recuerdo muchos de los propósitos que tenían muchas de las series que veía.
Si ir más lejos como nos defendían del las fuerzas del mal héroes como He-Man, los Thundercats o los Halcones plateados, con argumentos tan maduros pero a la vez tan necesarios en nuestra infancia como la lucha (y final victoria) del bien sobre el mal, su reconocimiento y los valores de amistad, solidaridad y superación sin competición.
Tal es así que series como Transformers inspiraro para su posterior "remake" en film, que ni fu ni fa.
La superación en su grado máximo está en series como Capitán Tsubasa (Oliver y Benji), donde personajes que no colaboraban o algo pícaras (Bruce Arped), eran ignoradas pero ayudadas a que volvieran al carro de la superación.
Y no voy muy lejos de series de ese estilo llenas de fundamento, historia o un completo carácter que como un perfume embriagador, llena de intenso aroma la habitación que se encuentra (como nuestros corazones).
Era el caso de D´artacan y sus tres mosqueperros, con una serie que incluso el propio Dumas hubiera firmado del buen gusto y de lo bien conseguida que estaba.
Y al igual que Dumas con sus perros, le ocurriría a Verne con su Willy Foc, a todo el pueblo de Bremen con sus trotamusicos o a cualquier científico de primera línea con "Érase una vez el cuerpo humano" (aún recuerdo como hasta en la Universidad seguía aprendiendo con esa serie...¡¡Brutal!!
Hemos sido afortunados compañeros de batallas de los Sant Seiya y como no, de Goku y compañía, ejemplos de superación en las artes marciales y sobre todo de los lazos de amistad.
Hoy sin embargo veo a bobo esponja, un personaje que frivoliza, miente, ridiculiza... pero lo que, en mi opinión es peor de todo, no deja un margen definido de lo que es el bien y el mal, incluso dando lecciones de que ciertas malas acciones se pueden ocultar o es posible evitarlas con acciones de nula responsabilidad como por ejemplo una huida.
Veo Los simpsons y veo una serie crítica con la política y los gobiernos que comenzó emitirse en canal + por poseer contenidos no recomendados a menores de 13 años, sin embargo hoy hasta mi sobrino se conoce de memoria (literal gracias a Antena-repitocapitulos-3televisión) escenas y críticas sin saber en absoluto cual es su verdadero significado, ¿Vanalización?, no, en absoluto.
Se ha eliminado la violencia explícita de muchas series, no de todas, pero con esa violencia se han esfumado ciertos valores que son de estamento obligatorio para los contenidos de unas mentes en formación, de rápida asimilación y de resultados a largo plazo.
Aún quedan oasis en medio del desierto como Dora la exploradora, pero qué le vamos a hacer.
"Cualquier tiempo pasado nos parece mejor", no sé si algún día diré esta expresión, porque los que la dicen quizás es porque no confían en la sociedad para hacerlo aún mejor o sencillamente debido a un anquilosamiento en el pasado (al igual que franquistas, exnovios celosos o viejas glorias, si es que alguna vez lo fueron).
Al menos si digo que estoy orgulloso de vivir la época que viví en mi infancia, quizás la mejor de toda la historia de mi país ( que se dice pronto) o incluso de las mejores que un niño de mi edad pudo vivir en este mundo lleno de charco y desierto, como diría el poeta de los Inmortales.
Prefiero seguir recordando esa infancia de insomnio, de ir a jugar a la calle con mis juguetes nuevos y sobre todo esos nervios, esa candidez, esa inocencia y esa felicidad que nos rebosa cuando más pequeño tenemos el cuerpo y que, paradójicamente, cuanto mayor nos hacemos y más espacio y conocimiento tenemos para aguardar más felicidad, algunos parecen no encontrar.
Felices Reyes, feliz 2011 y espero veros pronto, ya sea en Barcelona, Motril, Jerez, Córdoba, o en mi barrio, el que me ha dado todo lo que he ganado y todo lo que he perdido (como volvería a decir el poeta de los Inmortales).