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domingo, noviembre 10, 2013

Vacaciones... (I)

Hoy terminan las vacaciones que he disfrutado y quería, como de costumbre, hacer un resumen de impresiones y de viajes que he realizado y de los que me siento satisfecho, orgulloso y comlmado, pero sobre todo agradecido. He viajado a la amistad montado en un New Beatle, donde no sé si escuchaba másque hablaba o hablaba más que escuchaba, pero escuchaba, hablaba y arreglaba ese mundo para mi siempre infinito de palabras, sentimientos, personas y sonrisas. He viajado a través de una copa a un mundo lleno de abrazos, de sonrisa, de carnaval, con vistas a los mejores ensayos desde que soy carnavalero, a unas noches que siempre se han hecho cortas y a lugares, canciones y miradas dificilmente irrepetibles. He viajado a los bajos mundos, que por ser bajos no dejan de ser mundo, de ser ese mundo tan real o incluso más real que el que vivimos a diario con nuestras normas, y nuestras cadenas, esas que llamamos libertad. He viajado al país de los prejuicios para una vez más, reventarlos, confrontarlos y enfrentarme a ellos, superarlos o cercionarme de su veracidad. Gracias a Dios hay viajes de los que, a sabiendas que no podré volver, los veo cada vez más lejanos. Málaga está cada día un poquito más lejos, pero mucho me temo que, por muy lejos que esté, siempre estará. He viajado a mi por un lado amada soledad, a la introspección pura, dura y cura, esa introspección que me permite, con la alevosía necesaria, saber qué decisiones tomar, hacia dónde, cuándo y cómo o sencillamente perderme por ahí, que no es más que otra decisión. He viajado a las luces de Murillo, a las yeserías árabes y a los acabados mocárabes en una geometría perfecta que nosotros llamamos techos. Viajé al naturismo anarquista de Fermín Salvochea, uno de esos gaditanos que se me vienen a la cabeza cuando digo: "me siento gaditano". He viajado al deseo, el amor me busca, lo sé, la estabilidad me ha invitado a una pizza, pero la cautela la voy clavando a las tierras a las que voy para asegurarme de no pisar en falso, aunque hay terrenos que son muy falsos. He viajado al No, al no quiero ser tu amigo por ningún medio por razones que desconozco y no comprendería como nunca he comprendido nada de mi vida, de parte de mi vida o de lo que no es mi vida. Ha sido una semana para vaciar la maleta antes que para llenarla, porque un exceso de equipaje ralentiza mi camino, mis pensamientos y aumenta mi cansancio. He viajado a la sonrisa, acabo de recibir una llamada importante, y este articulo continuará... Ah sí, tambien estuve en Salamanca y Marruecos.

miércoles, octubre 16, 2013

Jorge Luis Borges - Aprendiendo

“Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma; Y uno aprende que el amor no significa acostarse, y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender… Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes… y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad. Y uno aprende que si es demasiado hasta el calor del sol puede quemar. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende… y así cada día. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quién es capaz de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte puede brindarte toda la felicidad. Con el tiempo aprendes que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados y quién no lucha por ellos, tarde o temprano, se verá rodeado sólo de falsas amistades. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es atributo sólo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente es muy probable que la amistad nunca sea igual. Con el tiempo te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos, lloras por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida, con cada persona, es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el sendero del mañana no existe. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen ocasiona que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se marcharon. Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba, ya no tiene sentido. Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…”

Una de psicología...

No te esfuerces, no te servirá de nada, no quieras alcanzarla, ella será más rápida que tú, pero eso no es motivo de desazón ni tristeza, el determinismo en su grado más justo se encuentra ahí, tu verás como convives con él. No presumas de coherencia, la coherencia como tal no existe porque en un mundo multifactorial, multicausal y multiefectista en el que vivimos todo se relativiza hasta tal punto que, el más cuerdo de los pensadores podría volverse loco, pero de remate. El mundo no es malo ni el mundo es bueno, el mundo te da pero no te quita, sino que eres tu con tus elecciones (que a la vez son descartes) el que te quitas de enmedio herramientas para la vida o te las vas creando en función de tus aparentes necesidades (aunque otro debate sería saber qué son necesidades). Hoy me he propuesto desahuciarlas de una vez por todas porque llevan demasiado tiempo aquí y, sinceramente no em están haciendo un favor, las veo como poco a poco van llenando de agua mi barquita que, aunque no es muy grande, es mía y mientras se llena de agua pensaba en lo malo que sería que la barca se llenara de agua porque podría hundirse. Hoy, por desgracia la barca se lleno pero la vida, que tanto te da y tanto te quita, me quitó el mar de mi alrededor para que no me hunda, así pues ando metido en una barca llena de agua pero sobre tierra firme, en una especia de bañera. Tonto no soy y nunca lo fui aunque hace poco me demostraron que tampoco era tan listo como creía, sea como fuere, se que las aguas vendrán y que lo que hoy es tierra firme, mañana será un océano tan atlántico como algunos de mis recuerdos de niñez o de adultez, por tanto toca coger el cubo y comenzar a achicar agua antes de que venga el agua para, cuando venga no sólo el océano, sino las grandes mareas, poder cruzar ríos y mares, orillas y cordilleras, mesetas y valles. Esta vez no harán falta ver naufragios para levantar la cabeza, porque no hay mejor naufragio que el que uno pueda tener y no hay mayor motivación que la que uno se cultiva desde sus necesidades, limitaciones y sobre todo, responsabilidades. Anochece en la Villa de Cantillana mientras asumo y redescubro aquel libro, aquella vieja canción y la más vieja de las amigas, la soledad que me acompañó desde la primera noche que nací y que me ha llamado a la puerta: - Pasa y espero que no te vayas en un buen tiempo, dime que me quieres y no vuelvas a dejar que me vaya por ahí. Esta semana que ha pasado han ocurrido dos hechos muy curiosos, me he cruzado con dos exparejas de esas que lloraban cuando las dejé diciendo que era superinjusto, que era el hombre de su vida y sobre todo, que lo que pensaba sobre ellas no era cierto (de una decía que no había cerrado su anterior relación por motivos que a mi entender eran suficientes, mientras la otra me reconocía que jamás se fijaría en ciertas personas y que, por supuesto eran imaginaciones mías). Aunque mucha gente opina que me gusta llevar la razón (y por eso no son mis amigos) por desgracia de nuevo la llevaba y mientras una me agradecía la decisión de dejarla (pues hoy es superfeliz con la pareja con la que decía que ya no estaba enamorada) la otra me reconocía que llevaba razón y que, su amor hacia mí no era para tanto (salió con personas con las que, según ella jamás saldría). Detesto tanto llevar la razón en algunos momentos que me encantaría poder equivocarme y decir: si, lo siento me equivoqué, pero no es así, al final no es que acierte ni lleve la razón sino que sigo el camino de la previsibilidad. si voy andando descalzo sobre cristales no voy a llevar la razón o dejar de llevarla al decir que me cortaré y sangraré, tan sólo me limito a describir la consecuencia del hecho y todos se afanan en decir: "ea ya quiere llevar la razón", finalmente sangras por los pies a causa de los cortes y todos te dicen "ostras Jose, llevebas razón" y yo respondo "razón no, es que se veía venir". Me encantan las sorpresas y el fijarme tanto en los nimios detalles hace que me sorprenda con el nudo de la madera de un simple tirachinas, una tarde mirando mis queridas golondrinas o una tarde cantando con mi comparsa. Es momento de labilidad, lo sé, pero nunca fue momento de perder el norte y mi norte está aquí en mis palabras, en mi expresión en mi pequeña, sucia y ruidosa casa, pero en mi casa, en mi barquita, en mi océano y sobre todo, en mí. Decía Freud que el amor no es más que la proyección de ego, por ello para querer hay que quererse en primer lugar y por ello es necesario achicar el agua de la barquita para pensar luego en el mar, un mar con animales de todo tipo, con mucha agua y con mucha sal, una sal que cuando tienes heridas, en primer lugar hace que te escuezan, pero después las cura.

lunes, octubre 07, 2013

El amor

"El amor, es la mentira mayor que jamás se haya inventado, es un dolor clavado, un ataque al corazón..." así reza una de las infinitas deficiniciones del amor, pero ¿qué es el amor? Es la proyección del ego, es aquello que se tiene pero nunca se tendrá, y que, aún sin tenerse nunca se sabe que se posee, se cuida, se mima y aunque nadie lo vea, todo el mundo lo huele y aunque nadie lo huela todo el mundo lo siente, o mejor dicho, sueña con sentirlo. El amor es amigo de la amistad sólo cuando le conviene, es enemigo de la soledad, aunque soledad tiene una forma de amar diferente, a su manera, es hermano mayor del cariño y hermano gemelo de la pasión. Nadie puede medir el amor, nadie puede decir quién quiere más o quiere menos, el amor se enciende, se apaga, se va, viene, nunca se va, nunca vino siempre se queda, nunca lo hace... el amor es tan loco como un niño de 5 años que corretea sin ese sentido que nuestra ignorante racionalidad intenta encasillar en su infinita altivez, encasillación y sesgo mental. Cuando se ama, generalmente se suele ser amado y por tanto se ama más, pero se suele ser amado... o dicho de otra manera, el amor fue el inventor del término feedback, porque desde la pasión a la razón hay un paso tan corto como de la locura a la cordura, de la riqueza a la pobreza o de tus labios a la nada. El amor hiere pero no mata, resguarda pero no secuestra, aprieta pero no ahoga, ríe pero no sonríe ¿o si sonríe? habla pero no chilla, es suave, tolerante flexible, coherente y como diría aquel lo patronea su corazón y ya se sabe que donde hay patrón, no manda nunca marinero... La luna intenta decirme algo pero a día de hoy no consigo comprender qué quiere decirme, algún día lo averiguaré y espero no sea demasiado tarde. El amor no viste ni de seda ni de Prada, el amor, el de verdad, va desnudo, es ciego y no tuerto porque el amor tuerto no es amor sino rencor, el amor mira pero no con los ojos por eso su ceguedad es tan infinita com nuestra nimia capacidad de comprensión, como ese infinito espectro que se escapa de nuestros ojos mientras nosotros en 7 simples colores, creemos ver, reconocer y conocer el mundo. El mundo es tan infinito como tus ojos, porque en uno de ellos me pierdo de por vida mirándolo. Su pestañear aleteoso, su pliegue sencillamente digno del ingeniero más reputado de los barrios bajos de mi imaginación, la curva sinuosa y profuna que se hunde como queriendo entreabrirla puerta hacia la fábrica de los sueños, hacia la mente, la gran desconocida, la potente la que nos controla y la que decide lo que fuiste, lo que eres y lo que serás para siempre y eso, amigo mío nunca cambiará. La perfeccción esférica espera dentro en una humedad tan equilibrada que refresca, lubrica y permite el deslizamiento en una pista de hielo sin hielo, porque tu mirada nunca fue fría, pero si fue suave, muy suave. Los hay verdes, azules, grises, marrones... pero al cerrar los míos veo los tuyos de muchos más colores todavía, porque recuerda, que no hay mayor vista que la que se tiene con los ojos cerrados, esa visión que hace que cuando los cierre te encuentre, te imagine y hasta te toque... Qué bonito llegar a soñar y no saber si estás soñando realmente porque el amor te tiende esa alfombra desde la que en el pasiajesólo ves árboles y no postes de luz, sólo ves pájaros y no ves aviones, sólo ves el mundo y no lo que tu mente quiere que veas. He llorado por amor y mucho, he reido por amor y mucho, yo puedo decir orgulloso que se lo que es amar y ser amado, podré morir más tranquilo porque he visto un desgarro en mis propios ojos y, a la vejez, el desgarro lo he sufrido yo. Duele, escuece y quema, pero como a los guerreros, se les vuelve una cicatriz que, cada vez que la veo, la siento o la palpito me recuerda a tí, valga la redundancia por lo de recordar... Otro día más a la cama, loco por contarte mis alegrías y mis penas, que al menos las publico por aquí en el tablón de la hipérbole, de la metáfora, de la ironía y y del epíteto, el gran epíteto que me hace vibrar, soñar sonreir e imaginar, exactamente igual que tu sonrisa. Que descanseis. Hasta mañana

La terapia del carnaval

Antes que nada quiero agradecer a tantos ojos que dedican un pequeño trozo de su vida, de esa que ya no vuelve jamás, a leer estas líneas, porque de tantas cosas que hay para hacer en la vida, que elijan leer unas palabras que, humildemente, salen del corazón, es para estar como mínimo agradecido, así que esta entrada va pos vosotros y por todos los que os habéis preocupado por mí. Más de los que hubiera imaginado. Hoy, a ritmo de bordón, cuerda y platillo voya disfrazarme de ese gato callejero que maulla en los angostos callejones de la vida, voy a ser ese gondolero de blanco impoluto que canta desde la perfección melódica a tenor, segunda y contraalto. Un mago que no hace trucos, sino que vive, porque mi vida nunca tuvo trucos sino vivencias intensas que hacen que me sienta orgulloso de cómo lo vivo, como lo siento y cómo has conseguido desgarrarme, lo que no mata te hace mas fuerte, y me has hecho mucho más fuerte, por tanto, de nuevo gracias. La vida hay que vivirla desde la razón más empírica y como el bohemio más pasional, como las noches de bohemia que, en su colorida penumbra y su exquisita fotografía, enseñan a vivir, viven y dan lecciones de vida, sin querer, de esas bohemias maneras que embriagan por como son, bohemias, dulces, tentadoras y hasta prohibidas. Un duende que se esconde pero no se pone colorao, porque la vida me ha quitado el colorao aunque me ha regalado dos coloretes que por febrero, como no puede ser de otra manera, se activan bien sea en mi canto, con mi caja o sencillamente con esa radio, con esas canciones y con esas noches en la cama vibrando tal y como lo hice en un lejano 2004 con una presentación tan inmortal como el recuerdo de aquella noche en la que entendí eso de que mi corazón latía a un 3X4, noche en la que el veneno entró en mi sangre, pidió permiso para quedarse y me dijo que cuando quisiera se iría de mi vida. Mi veneno no se irá porque le cerré la puerta, al igual que tu sonrisa que no se me va, no quiere irse y no se irá, o al menos eso creo, espero y deseo. Son muchos los tipos que he soñado con ponerme, todos menos el de ángel caido, porque tengo esa empecinada tendencia a levantarme una y otra y otra y otra vez y más bien sería un ángel levantado. El carnaval te levanta, te chilla, te da fuerzas, y te dice cual es tu sitio, destruye tus relatividades y las convierte en realidades tan palpables que hacen reordenar tus paradigmas desde la conciencia que a veces perdemos y el carnaval nos recupera en bandeja de plata, como su tacita infinita creadora de todas esas joyas inventivas eternas, efímeras pero siempre infinitas, como tu playa, como tu luz, como nuestra luna... como mia mor por tí. Sonríe que tenemos motivos para hacerlo, levanta la cabeza y anda por esa calle, no sigas a la sombra y vuelve a que sea ella la que te siga, anda, y da esos pasos porque los charcos no son arenas movedizas y nunca harán ni permitiré que el agua te salpique si en la más baja de tus costuras o en esos zapatos o en esas cuñas. Paso firme en este camino que no cesa, que no para y que no espera a nadie, porque nos va empujado a la desembocadura manriqueña inevitable desde el nacimiento en la serranía de nuestra infancia, algunos como el Genil y otros como el Misissipi, pero no te equivoques, todos con agua y con la suerte de que cada río elige sus propios cocodrilos. En el mío no se baña casi nadie, sólo tu, me costó mucho limpiarlo pero lo tengo bien limpio y sobre todo he conseguido que su ribera cree bosques de galería que calman el clima, ofrecen tranquilidad y un recorrido más que apetecible hacia una desembocadura tranquila, bonita y digna del mejor de los ríos de este planeta, a veces tan grande y otras veces tan pequeño, fugaz y microlativo. Seguiré siendo el que bebe en Mc Donald´s del propio vaso, el que canta y tararea carnaval por los poros de sus epitelios, el que sonríe desde la complicada, concienzuda, tenaz y compleja mente que alguien me dio. Un día decidí quitarme los zapatos para andar este camino, decisión de la que no me arrepiento porque quién se arrepiente no es quién ha hecho algo indebido sino quien no hace lo que ha querido, porque el valiente no es quien mata sino quien deja vivir y sabe que no existe monstruo que le pueda, porque quien interioriza el perdón, vive mejor, duerme mejor y crece. Permitidme que aunque os dedique este post, recuerde sobre todo a la sonrisa eterna, a la muerte en vida del amor pero al amor vivo pese a la muerte, a la voz aguda y a la agudeza vocal, a la estabilidad en construcción y a la construcción de la estabilidad pero sobre todo al llamador de ángeles y al ángel llamado, que nunca caído porque, desde la altura de la fuerza, la razón y porque no decirlo, el amor tan grande que te tengo, descubro que tienes mucho en común con el carnaval de hecho, te llamas como mi comparsa favorita: La niña de mis ojos. Descansad, soñad, sed felices y vivid, que hoy pasó otro día más.

viernes, septiembre 27, 2013

El tiempo... la vida...

Una cama, cuatro paredes y una ventana... Una cama, donde pienso, descanso y a veces he soñado despierto y dormido, cuatro paredes que, mientras no las tocas, te hacen sentir libre hasta que chocas y ves que no puedes romperlas ni atraverarlas, como diría Juan Carlos, la libertad con cadenas. Y una ventana desde la que me puedo asomar, aunque llueva, desde la que pueda respirar, aunque el aire esté contaminado y desde la que puedo gritar aunque todos me tomen por loco, porque lo que ellos no saben es que los que están locos son ellos. Me gusta pensar y observar por qué pasan las cosas, porque la gentr sonríe, porque la gente llora, por qué la gente canta y por qué la gente calla, algunos se agobian al pensar como pienso pero no piensan que por no pensar en ellos y hacerlo en mi rebasan esa frontera de la libertad ideológica y pensante que todos tenemos derecho a tener. Decía que soy un reflexivo a tiempo parcial, de los que están ya muertos, aunque yo siga vivo, de los que no quedan, por ello me siento un velociraptor en una película de Star Wars (que antes se llamaba La Guerra de las Galaxias, pero que por este afán anglofónico, suena añejo, tardío y diría que hasta supuroso). Mi mente se monta a caballo y recorre verdes valles, angostos caminos y suaves praderas en las que el viento parece peinar el follaje que lo cubre de manera sutil y silenciosa a excepción de ese sílvido que roza lo bucólico y roza lo comántico porque la unión es amor y en esa pradera hay mucho amor. Tenía ganas de esto, tenía ganas de aquí y tenía ganas de ahora, porque todo proceso conlleva una secuencia de partes y esta parte es de las más importantes para mí. Ya sólo queda esperar porque los minutos son los mejores jueces, los que no mienten y los que hacen ver incluso con ceguera o con ojos cerrados. Como decía hace unos años: El tiempo... la vida...

domingo, septiembre 22, 2013

David y Marta

Hoy es uno de esos días en los que sabes que poco puedes hacer o que ya bastante hice, que poco depende ya de tí y que parte de tu futuro está en una esperanza que va y viene, con la que sueño y que me desgarra, pero no en mis manos, como en mis manos tampoco estuvo esta situación que te paso a contar mientras Francisco toca a piano una maravillosa copla de Juan Carlos. Creo recordar que tenía 8 años cuando conocí a David, David era un niño de mi edad, muy menudo, bajito con unas gafas de pasta y cristales más bien gorditos, era delgado tenia mucho pelo pero peinado para el lado, era un niño muy cariñoso, muy inteligente, imaginativo en aquel universo que no dejaba de ser nuestra niñez, a caballo entre los sueños y las ilusiones... Tenía una cara redondita, una nariz redondita y achatada por la que siempre asomaba un moquillo de esos auténticamente verde, niño de limpiarse en las mangas y de llevar el culo sucio por arrastrarlo por tantas y tantas calles de ese nuestro barrio, los príncipes. Vivía en la prohibida parcela 4 porque a esas edades las fronteras estaban marcadas por las carreteras y para cambiar de parcela hacía falta un pasaporte moral que mi madre jamás me daría, pro aún así, mas de una tarde me escapaba a jugar con él a esos jardines de la parcela 7 que tanto han marcado mi juventud, al igual que David. Recuerdo una tarde que fuimos juntos a compras chucherías a un desavío que hoy es una fontanería, allí el tendero, muy amable, se ve que conocía a David de haber ido muchas veces a comprar el pan. David compró 5 duros de chicharitos de colores que eran una de las chucherías preferidas por ambos y el tendero, entre la amabilidad y un cariño que entendí a posteriori, le dió un cucurcho hecho de una hoja de cuaderno (de cuadro para mas señas) con tantos chicharitos, que nuestra cara de asombro fabricó una sonrisa en la cara de aquel tendero. Me reía mucho y corría mucho con David, era una persona muy sencilla y con el tiempo descubrí que humilde, tan humilde como yo. un día subí a su casa y recuerdo unos padres muy jóvenes y una casa desordenada, quizás fruto de estar todo el día trabajando, quizás fruto de la humildad de aquella familia.... nunca lo supe, pero lo que si sabía es que David era un gran amigo. David tenía una hermana que se llamaba Marta, y era un par de años más pequeña que él (tendría unos 6 años). Marta era también una niña menudita y de aspecto frágil pero protegida por su hermano quien era extremadamente pacífico menos cuando se metían con su hermana. Marta siempre sonreía, era muy alegre y en una anécdota me reí mucho porque un día llevaba falta y al subirsele la falta le vimos los dos unas braguitas que estaban sucias. Fue muy divertido a la par que gracioso y conciliador porque no era yo el unico niño que en algun momento manchaba esa ropita interior tan pura como nuestros corazones en aquella época. Mi infancia la formaron niños como David, Emilio, Dani y muchos más que por avatares del destino se separaron. Un día, en clase, recuerdo que faltó David, creyendo que se había puesto enfermo y proseguí con la rutina tal cual. Al segundo día también faltó y aquella misma tarde fui a llamar a su casa para jugar con él pero nadié respondió al porterillo. pasó una semana y volví más de una vez a llamarlo pero siempre con la misma respuesta, incluso fui con 5 duros que me había ganado (a los pobres siempre nos costó conseguir poco en mucho) para comprar un cucurucho de chicharitos, pero claro, yo no era David y el tendero no me conocía. Nunca más volví a ver a David ni a Marta, sus padres murieron y fue internado en una casa cuna para ser cuidados. Cuando tomé conciencia de ese tipo de lugares fui a buscarlo y recuerdo unos sollozos a mis 9 años de edad en el pasillo de una casa cuna para preguntar por un tal David Fernández Pérez, cuando conseguí hablar con la persona que me atendió me dijo que allí ya no estaban... Nunca más te volví a ver David, pero, no se por qué, apareciste del cajón de los recuerdos de mi vida y quiero dejarte escrito como un guiño que alegró mi vida en una infancia humilde pero muy feliz. Te quise mucho David, allá donde estés espero que estés bien...

miércoles, septiembre 18, 2013

Un día más

Era un mar dorado que nunca se despeinaba, era una tez que hacía del liso rugoso porque era la suavidad hecha piel, hecha vida y hecha armonía en su último e infinito deseo que no era otro que ser contemplado, valorado y querido... Eran unos ojos brillantes que no le hacían falta un color especial porque especiales eran per se, unos labios, unas mejillas, unas manos en los caben una vida o, al menos la mía la tienen... Érase una mujer hecha mujer a sí misma, debido a motivos que dezconozco yo, en mi infinita altivez de vez en cuando y en mi permanente manía de cuadricular las cosas, de psicoanalizar las causas efectosa y de ser enemigo acérrimo de un conductismo que, sinceramente, nunca me hizo nada. Es por eso que hoy me separo de Freud y me reconcilio con el conductismo, conmigo mismo y con mi sombra a quién taché de convenida y otras veces de oscura, siempre buscando un motivo de por qué era oscura, cuando era solamente por ausencia de luz. Lo siento, no lo puedo decir más alto porque no se me escucha, pero lo siento, siento esas palabras, esa mirada y esa actitud altiva, ese pensamiento de que sea yo y el mundo cuando yo soy yo y el mundo es el mundo y nunca hay que separarse. Es hora de reconciliarse y de pedir disculpas y no por motivo alguno porque no tengo claro si te he perdido o queda un hilo de luz en esa rendija de la puerta que no sé si me has cerrado del todo, sino porque aunque me duela, esto es lo que me gusta de errar, el aprender a raudales sin créditos de libre configuración pero configurándome libremente a crédito de los errores. Si vieras que linda he puesto la casa, ya por fin colgué todos esos cuadros que tenía en la esquina junto a los ficheros y seguro que la semana que viene me acerco por ese archivador que encesito para colgar todas las carpetas, ya puse luz, quizás porque ya tengo oscuridad en esceso, y por fin tengo a las moscas a raya, en fin lo que tu ya sabes. No sé si leeras esto pero quiero que sepas que tengo esa sensación de que algo de ti se quedará siempre en mi, así que pienso escribirte todos los días que pueda o tenga un portatil delante, para, al menos tenerte por aquí, sin molestarte pero conmigo, que no es como soñé cada día pero al menos es una manera de recordar tanto en tan poco... ay! tanto en tan poco. Hoy fue un día duro porque han salido imprevistos de última hora ya que mañana había reuniones muy importantes y ahora voya ponerme a escuchar ese pasodoble de medida que mañana seguimos con la comparsa... Nunca tuve problemas para decirte lo mucho que te quiero, quizás porque para mi supone transparencia, quizás algo dentro de mi se siente en paz al decírtelo, no lo sé pero te quiero y te quiero tanto, te quiero desde esa razón que perdí un maldito sábado de septiembre y que mancha mi imagen en tus ojos y lo que es peor, ha puesto distancia entre nosotros. Pero te quiero y si alguien con la que haya compartido algún tiempo de esta vida juntos leyera estas palabras sabría que nunca he escrito palabras de este calibre porque, sinceramente nunca lo he sentido pero bueno así son las cosas. Pon esa balanza y recuerda Úbeda, Granada o Sevilla, por los gatos callejeros y borra esas palabras por tantas y tantas que he tejido con mi boca, robado a mi corazón y aunque no lo sepas, he plantado en el tuyo, corazón que una vez soñé pudiera compartir contigo. Es poco tiempo, es cierto, pero son muchas conversaciones y vivencias frente a un calentón motivado por argumentos que son erróneos. Bueno me voy a hacer de cenar, hoy toca algo de salmón que me lo han vendido muy bien en Mercadona, sé que no te gusta mucho el perscado como sé muchas cosas de tí. En fin me voy ya que descanses, hasta mañana. Te quiero.

lunes, septiembre 16, 2013

Pasión...

Hoy me acompañan los acordes de suso que no son como la luna pero acarician el alma, hoy comienzo a entender que los errores los pago a precio de oro no porque tenga mala suerte, ya que la suerte me la cuelgo a la espalda todos los días, sino porque la excelencia es lo que tiene, placer infinito o infierno eterno. Lejos de la labilidad y lejos de la indecisión están la pasión porque la pasión es recta hacia el camino que le dicta su patrón que no es más que su corazón, el que le dicta, el que hace que se equivoque y el que, en definitiva, le hace vivir. Con este desgarro no puedo decir que sea feliz pero si que vivo intensamente los instantes que me bebo respirando como el tic tac de un reloj, aparentemente eterno hasta que un día, cada vez menos lejano, se pare. Yo he navegado en tus labios y orgulloso em siento, yo he acariciado tu pelo y aun tengo el recuerdo de esa textura, yo se lo que es amar, se lo que es ese encogimiento de estómago, ese estremecer y sé lo que es llorar, reir, sufrir, sonreir... Quién aún intenta consolarme me conoce menos que el que trata de ignorarme, porque mi fuerza y mi estabilidad, si, mi estabilidad, harán que no me rinda en mi misión que no es otra que la de andar en este camino espero que contigo. Tengo que devolverte el llamador de ángeles, porque por más que lo llamo no viene, no em explica y no me consuela, ya te digo sólo es suso con sus divinos acordes quién me transporta a un lugar, a ese lugar en mitad de la nada, donde hacía tiempo que no lo escuchaba. Permíteme que me presente porque puede que no te conozca del todo, pero seguramente habrá cosas que aún no sepas de mí, pues si las supieras el distingo entre mi y el resto sería tan infinitamente eterno como tu y todo. Soy el que se preocupa en demasía, el que anda montado en un caballo llamado prudencia, el que es capaz de dormirse en 5 minutos pero querer una vida eterna, el amigo de la ocurrencia, amigo de la arruga, en la cara y en la ropa, pragmatismo es mi segundo nombre, conversador de la luna, intratable cabezón, cabezudo y cabezota, no tan listo como piensas pero mas listo de lo que creen, y futuro padre de la barbaridad, porque sólo tu y yo queremos bárbaros en nuestra vida, o al menos eso hablábamos. No se por qué pero la luna no me abandona y me sigue sonriendo y yo con ella mientras charlamos y le cuento lo mío y ella em cuenta lo suyo, que aunque no lo parezca también lo tiene ahí donde la ves, tan blanquita y tan alta. No sufras ni pienses demasiado, tómate tu tiempo y equilibra la balanza, a mi me tienes y me tendrás, no por debilidad sino porque me da la gana y porque como ya te dije eres tu o nada. La nada la vuelvo a tener así que seguiré andando porque andando es como te enamoraste de mí. Espero que, de nuevo nuestros caminos se unan en esta inesperada curva y sino pues lloraré hasta que la última lágrima antes de caer al suelo me recuerde que el camino de losas amarillas continúa. Cuídate y espero verte muy pronto y si no lo quisieras así, que te vaya lindo, muy relindo, no obstante te contaré un secreto... eres el amor de mi vida.

domingo, septiembre 15, 2013

Dolor...

Son las 07:17h de este domingo largo, triste y apesadumbrado. En un día se me ha ido tanto que no se cómo voy a poder asimilarlo, es cierto que no ha muerto nadie pero también es cierto que se está muriendo, si no lo está ya, una parte muy grande de mí. Te vas, tu crees que porque yo me fuí y yo creo que porque tu has provocado que yo me vaya, pero sinceramente, te vas y te busco en cada sonrisa, recuerdo, mirada, beso, abrazo... No me da rubor decir que en tan poco tiempo te he considerado mi pareja ni mucho menos que eres la persona que más he querido de toda mi vida (exceptúo familia porque es un amor diferente), me va a costar hacer mi vida sin ti, aunque tonto de mí y no me da vergüenza decirlo porque tal y como hablamos yo no tengo miedo a equivocarme sino que tengo miedo a no hacer lo que quería hacer y contigo he sido yo mismo, lo he apostado todo y lo habrías tenido todo de mi, porque todo lo mio era tuyo y sobre todo porque tu eres todo para mí. No me importan las explicaciones, ni el que dirán, ni absolutamente nada porque mi vida es sólo d emi propiedad y tengo claro el caminod e losas amarillas que seguiré, no porque sea el correcto, sino pq fue el que un día decidi hacer No sabes la de veces que miraba atrás ne la estación o la de veces que te he estado esperando en la puerta a que ese coche llegara, se bajara la amiga intima de la luna y el gato, me zarandeara y me dijera: "Jose, te quiero enormemente a ti y quiero pasar el resto de mis dias a tu vera". Pero eso no ocurrió como muchas otras que esperé que ocurrieran y que nunca ocurrieron, por eso la marcha, la fractura y la llamada de Soledad a la puerta parecen inminentes. Soy raro, lo reconozco, soy diferente, lo sé pero sólo buscaba una aprobación de tu amor, porque aunque no soy inseguro, necesito tu seguridad y aunque no necesito a nadie, elegí tu compañía, tu amor y tu sonrisa. Te quiero y te quiero tanto que todo esto me desgarra, me duele y de ma mucha mucha pena, creo q ue merecía mas soldados en el frente para defenderme, pero de las tropas tuyas no hablo que bastante tengo con las mias. No hay malos ni buenos, no hay cosas bien hechas o mal hechas, lo que hay es un desentendimiento que nos lleva a esto porque no te pido ni atención ni que estés encima, solo espero que cuando alguien se pincha un pie con un alfiler, retire inmediatamente en un acto reflejo el pie como yo o cualoquiera haría, cuando te pinchas y o retiras el pie, es más que sospechoso y ademas triste tener que irme para decir, entre sollozos que te pinchaste el pie y que te duele. Nunca quise llevar las cosas a los extremos porque confiaba en nuestra confianza, confiaba en nuestra charla y confiaba en ti. Tanto has querido frenar que parece que se ha parado. Te quiero, es lo único que puedo decirte y si no te veo más (porque no creo en la amistad ni creo que seas capaz de ponerte cara a cara a decirme cuatro verdades), quiero desearte lo mejor, agradecerte lo mucho que he aprendido contigo y reconocerte que el día de Sevilla ha sido uno de los días más felices de mi vida (si no el que más). Te lo repito y repetiré porque no me importa decirte cuantas veces sea necesario lo mucho que te quiero. Dejo constancia de que el hueco que me has dejado NADIE va a poder rellenarlo, porque no he conocido a NADIE como tu. Espero haber sido claro, ahora me voy a la cama con mi luna, un gato callejero y dos labrgimas que se quedan en esta sunfa de sofá. Te quiero mi niña.

lunes, agosto 12, 2013

Conviviendo con metáforas...

De nuevo aquí, tu en la curva y yo en la infinita bisectriz, tu frente al cuarto de baño y yo justo detrás de él, tu pensando Dios sabe en qué y yo haciéndolo en tí... De nuevo golondrinas susurrando que el verano continúa imparable como una apisonadora sin frenos, de nuevo los chiquillos en la plaza jugando con una pelota, corriendo y riéndose creyéndose los centros de ese universo tan pequeño y tan grande a la vez, de su propio universo. Y es justo desde tu universo desde donde pueden apreciarse esos detalles y esas miradas que aunque no se ven, se oyen al igual que tus palabras que aunque no se oyen, se ven y al igual que tus labios que aunque no se sienten, besan por igual. Y no tengo miedo a perder, porque no hay nada para perder, y no tengo miedo a sufrir porque hace mucho tiempo que se taparon los canales de Sodio-Potasio de ese infinito mielínico que hace recorrer todos y cada uno de esos impulsos que algunos llaman nervio, otros llaman dolor y yo tan solo llamo marea, marea de sales que crean flujos electrostáticos a los que le damos sugestión infinita para poder justificar nuestros actos mas puros, grandes e incosncientes. Mi paso adelante nunca será un paso atrás, porque es el tiempo el que, como una pared móvil no deja de empujar y empujar hacia ese precipicio que acortamos o alargamos según el camino que vamos escogiendo. A mi la vida hace mucho que dejó de empujarme, porque voy un paso por delante de ella, me revolcaste unqa vez y jamás lo volverás a hacer. Caminaba hacia una luz y, tonto de mí no percibía que eran tus ojos que, aunque no todo lo prendados que soñaba, esperaba y desde mi estrechez más entrópica, creía que debían ser, estaban ahí diciéndome: Yo soy libre de comprar lo que quiera así que no te creas microondas cuando en realidad eres piso, porque a los pisos al principio se les mira con recelo, justo al contrario que a los microondas que, irónicamente, se les arropa con más cariño, porque son menos importantes. Y así comprendí como cuando iba en aquel avión los oidos debían entaponarse, y también comencé a ver colores más allá del espectro de la mirada humana desde el cuasiinfinito infrarojo hasta el no menos abundante ultravioleta. Y entre el infra y el ultra quería a los dos, ultracariño, inframentiras, ultrasonrisas e infradolores... De nuevo me acompaña ese vaso de agua que me recuerda esa calurosa tarde de domingo donde la bisectriz se conjugó y señaló por mi ventana que eras tu, aunque no gaditana, la más bonita y galana de toda la nación. Sabes más de lo que me hubiera gustado, pero entiendo que debe ser así, odias menos de lo que creo que debería de odiar una persona inteligente, pero de nuevo hiciste con mis paradigmas ese puré que, aunque amargo, ya he probado dos veces por culpa de tu receta y de mis ingredientes. Yo sólo te digo que algún día me vestiré de pirata, que habrá pelotas de playa y que inventaré una nueva nación que se llamará sonrisa eterna, una nación donde tu dirás qué está prohibido, qué está permitido y qué es lo que te hace sonreir, para, desde esa medida justa y sabia de convicción, inteligencia y humor, construir esa nación, ese país, esa independencia, en definitiva, construir. Cógeme de la mano y no tengas miedo, pero sobre todo no permitas que la vida sea la que empuje, adelántate y da un paso por delante de ella, no te garantizo que no te equivoques, lo que si te garantizo es que verás la diferencia entre rodar por la inercia o rodar porque tú eras la que quiere pedalear. Mientras, sigue sonriendo hasta que te salgan arrugas en las comisuras, como tanto te gusta decir y como pronto comenzará a pasarte, pero luego no te quejes de tantas arrugas. La medida la pondremos nosotros, que ya está bien de seguir tanto el Sistema Internacional, así que ya sabes, manos a la obra.

miércoles, agosto 07, 2013

Y de repente una cosita

Andaba sólo por esa calle angosta, estrecha y lúgubre, pero no mala, porque la angostidad, la estrechez y lugubridad nunca fueron mis enemigos, siempre elegí amigos feos antes que amigos no verdaderos, amigos que se quieren a si mismos antes que personas que necesitan la querencia ajena como el oxígeno que respiramos. Andaba sólo, decía, por esa calle y no porque no tuviera compañía, porque Dios y Goku (que son la misma persona) saben que siempre ha podido haber luz, sol o bombilla que me acompañase, pero yo quería la luz de la luna. Es imposible decían, estás loco aseveraban, pero yo seguía mi camino, no buscando la luz de la luna, sino andando y pensando en ella, en la luz. Un día di con ella y con ella comencé a hablar, la luna siempre he dicho que es muy buena compañera, fiel consejera, que sonríe cuando lo necesitas y se oculta cuando no la necesitas a ella. Hablaba, relfexionaba y hasta preguntaba a la luna quién muchas veces me respondía y otras se callaba porque quería que yo averiguara la respuesta y así creciera en este mundo de pocos crecimientos espirituales y más afanosos. - He pasado lo mío, le comenté una vez, pero no por dar pena sino como justificación de actos, hechos o palabras que a veces han podido ofender o incluso herir y yo, tan alegre cantaba. - Pero no te puedes justificar, respondía ella que me cargaba sobre mis brazos el a veces dificil peso de la responsabilidad y el valor, el coraje, la valentía y, sin darme cuenta la hombría. Son bastantes los pasos que he dado, y es sinuoso el camino que he recorrido, lo que me hace sentirme orgulloso de, desde la serenidad poder escribir estas líneas. Y de repente llegaste para abrir la puerta de ese camino que vuelve a tomar una curva sinuosa, una curva que hace que me coma ciertos principios y porque no, ciertos finales, una curva donde la excepción de la regla se convierte en lo cotidiano y lo cotidiano en la excepción de la regla. Pensaba que la luna iluminaba hasta que vi tu sonrisa y pensé que la luna me poníaen mi sitio hasta que vi tu mirada, pero lo que es peor, pensaba que la luna me quería, hasta que..... bueno hasta hoy. ¿Quién te dió permiso para entrar? ¿Quién fabricó esa mirada, a la vez dulce y a la cautivadora? ¿Quién orquestó esa voz para que no dejara de mirarte? tenía que haber hecho como Ulises y taparme los oídos en aquella travesía odiosa, odisea y odiseada, pero tu fuiste más rápida, tu me hablaste, tu cantaste y, además, cantaste carnaval. Demasiadas armas para un escudo recien construido o quién sabe si aun por terminar de reconstruir, entraste con esa potencia que sólo tienen las grandes tormentas (de verano) para revolverlo todo, cuestionarlo todo, jugar con mis paradigmas y para mostrarme lo verdadero, lo que nunca falla, lo que siempre queda, lo que predomina, lo que agarra, lo que duele, lo que se siente, lo que se chilla, lo que se anda, lo que se escribe, lo que se siente, se sueña, se ama, se piensa, se comenta, se vive, se hace, se dibuja y todos desean... Y mis vergüenzas se volvieron inútiles, y mis delirios cotidianos y mis penas, alegrías. Aun intento digerir el gran banquete, cuando estoy seguro de que pronto llegará otro, así que nada, a disfrutar de este nuevo camino, donde desde lo normal y la cotidianeidad se alcanza lo especial, lo extraordinario y lo SU BLI ME, a escuchar eso de quiero un pedazo de tu vida entera, o aquello de te comería con pan y mantequilla, o con pan sólo, o sin pan, pero te comería. No sé que tiempo tendré tu sonrisa, porque creo sinceramente que tanta suerte no me pertecene, pero si sé que mientras la tenga, la llevaré tatuada mas allá de la piel y si decides que se quede por mucho tiempo seré yo el que te tatúe una vida llena de sonrisas... Cuídate, sal y entra, ríe, disfruta, estudia, duerme, come y sobre todo sé tu misma, que cuanto más te quieras, más te querré yo, haz lo que no he visto hacer nunca a una mujer que es quererse a sí misma y despreocúpate del resto, que del resto me encargo yo. Buenas noches cosita

lunes, agosto 05, 2013

JUM!

Como es el Cartojal a tu feria, como es el sol a tu tierra y como es mi luna a tu luna, ese vértice, esa bisectriz que no es infinita pero poco le falta porque llega hasta la blancura de su superficie para salir despedida tan rapido como puede a una tierra, a una calle, a una curva... a una casa. Y no es infinito no porque no lo sea sino porque se escapa del raciocinio normal de "lo normal" que dirías tu en mi boca o de los miles de millones de te comos que, como eufemismo de una obra de arte mayor creada por el viento, la respiración y los suspiros que salen de lo más dentro de ti, sudas a través de unos poros minúsculos, tambien infinitos y de los que tuve la suerte de conocer en persona, centímetro a centímetro, palmo a palmo, mirada a mirada... Y el sábado subimos y estuvimos aun más cerca de la luna, achicando la bisectriz lo máximo que pudimos, ahí comprendí en lo infinito de todo, de tu bisectriz, del viento y de la cámara que tras 30 años de peleas quiso mirarme con buen ojo, redescubrir el ojo del extrabarrio de mi pupila que, miraba firmemente a un objetivo sabiendo fielmente que acabaría llegando al marrón del círculo de entrada de aquel cono visual que hizo que un día dijeras: éste puede ser para mi. Pero como bien sabes, yo no soy de nadie, como tu tampoco serás propiedad nunca de nadie, yo soy del viento, de la luna y de la tierra, mi problema fue cuando el viento la luna y la tierra se unieron para una conspiración que tras 23 ciclos heliocentrípetos, llegó por casualidad a un vaso de agua de una calurosa tarde de domingo. Pocos pueden presumir de haberme quitado la ropa y tu me quitaste la piel, pocos pueden presumir de hacerme temblar y tu lo has conseguido, pocos pueden presumir de sacarme una sonrisa como la que tu me sacas con una cotidianeidad tan espasmosa que me tirar y reconstruir paradigmas a una velocidad tal que ni el fuego lo huele, ni el hielo lo siente. No sé qué haces, cómo lo haces ni por qué lo haces, pero no dejes de hacerlo...

miércoles, julio 17, 2013

Conversaciones con la Luna lunera

Ay Luna lunera, de nuevo solos tu y yo y de nuevo en estas confesiones tan íntimas como los ojos de los demás nos permitan. Qué te voy a contar yo de fidelidad, si llevas miles de años sin faltar a tu cita nocturna aún sabiendo que el día es más despierto, luminoso y claro, o al menos eso te han contado. Qué te voy a contar de la constancia, si cada año apareces y no marcas nuestro calendario, nuestras mareas y nuestra vida, al menos las de los que creemos que tenemos algo de humanista en nuestra sangre. Qué te voy a contar yo de pureza, si tus cráteres son tapados ante la inmensa blancura que proyectas y haces llegar a nuestros jardines, estanques y a nuestros propios ojos, retinas, mentes y hasta a nuestra piel. Te escribo todo esto porque estoy ciertamente cansado de la falta de coherencia, coherencia que, a fuego me han marcado, me ha puesto a prueba y, no sin antes pasar un calvario, he superado. Mi coherencia me hace más honesto, mi inteligencia más selectivo y mis palabras me hacen a la vez más fuerte y más debil, porque unir palabras honestas te hace estar sólo, mientras que hacer palabras inteligentes te hace caer mal, no obstante las reglas de la coherencia no me permiten otra cosa y gracias al propio don de la palabra, de más d euna y de dos me he librado. Pero no todo el mundo es así y uno de mis mayores defectos, sino el mayor, es esa inusitada capacidad de observar los detalles, hilarlos y sacar esas conclusiones que por mucho que me fastidien, acaban dándome la razón. Y es por eso que quiero hacer un microanálisis de cuanto oigo, veo y escucho. Atrás quedó tal vez una de mis archiconocidas teorías de la incoherencia acerca de las coca colas y las pajitas, hoy quiero explicar sentimientos y, por favor, que nadie se dé por aludido. Empezemos por los frecuentes "yo sé lo que quiero" quienes confunden paradójicamente inseguridad con la mayor de las seguridades, quién realmente sabe lo que quiere no, lo dice, porque le faltan piernas para ir a por ello o, en todo caso lo explica pero no usa esa frase a caballo entre la justificación, la automuralla para esconderse y protegerse de los demás y la confirmación de algo que nadie nunca le pidió que le confirmara. No puedo con la indecisión a grande escala (es decir, no me importa si no te decides por el sabor del helado) tengo la sensación que esa indecisión no es más que una lucha interna entre lo que quiero, lo que quieren que quiera, lo que quiero querer y lo que debería querer fruto de una mala construcción en época temprana de nuestra infancia de ciertos valores o estructuras básicas que, a la postre, sustentarán el resto de nuestra vida. Si detesto la indecisión, aún más la incoherencia, el decir que no miente pero decir "dí que no estoy", confundir estilo con dinero, sonrisas con felicidad, tiempo con espacio, espacio con tiempo, amistad con amor, cultura con aburrimiento, diversión con modernidad, juventud o pago... La incoherencia es como tener un espejo constante delante de nosotros, sólo que pensamos que el reflejo que vemos somos nosotros y no un reflejo y lo peor de todo, no vemos el marco del espejo. El mar está lleno de tiburones, pero también está lleno de tortugas con pesados caparazones que te piden ayuda no para que las lleves a ningun lado, sino para que ralentices tu camino o te quedes con ellas, con las tortugas. Y así el hombre se convierte en un desgraciado o la mujer en una sumisa, así el hombre termina por hacer lo que cree que está bien y lo que cree que es bueno, mientras que la mujer, fruto del maldito machismo imperante y que va transmitido en el ADN de esas estructuras de personalidad y valores que comentaba en la infancia, tiene todos los ingredientes para sentirse sometida por el peor de los malvados, que no es otro que el hombre que no se quiere a si mismo y que, por tanto no sólo no la querrá a ella tampoco, sino que necesitará humillarla y hacerla sentir aún más pequeña para sentirse falsamente feliz a tiempo parcial. De la nada se alcanza el todo, un truculento todo que se construye a base de esa falta de estructuras, de incoherencias que se materializan en indecisiones, de mentiras, de violencia y de mucha falta de cariño. Como te comentaba Luna lunera, no puedo evitar fijarme en estas cosas y sentir un poco de desazón ante lo que me rodea, pero entiéndeme lunita, es imposible bañarme en una piscina sin mojarme y es imposible andar sin pisar el suelo, aunque haya gente que crea que lo hace o ponga dispositivos artificiales para hacerlo. Así pues hoy Soledad dormirá en el sofá y me iré a la cama con Desazón, ya que hacía mucho que no la acompañaba entre tanto stress, viajes y carnavales. Sigamos andando por el camino de losas amarillas pero no mirando las losas sino el maravilloso paisaje que a nuestro paso nos abraza, nos deleita y nos regala instantáneas inolvidables e infinitas en nuestra retina, nuestra mente y a veces, muy pocas veces, nuestro corazón. Hasta mañana Luna lunera.

jueves, julio 11, 2013

Lo normal

Esta semana pensé en secuestrarte en mi casa... luego miraba tus fotos al irme a dormir... y aunque no tengo siquiera fotos de tí, deja que te explique qué es lo normal, cual es mi normalidad, deja que me abra un poquito desde esta falta de estabilidad social pero estabilidad personal que bebo, disfruto, reflexiono y sobre todo digiero. Lo normal es mirarte a los ojos, a esos ojos que sonríen además de mirar, a esos ojos que son los aunténticos patrones del alma, los que dirigen, mandan, ordenan y sobre todo asienten tantas veces al minuto como respiraciones tiene mi alma, mis pulmones y mis sentimientos. Lo normal es querer cogerte una mano que apuesto que será suave y delicada, no como la mía que sabes que es áspera, fruto de esos trabajos de los que tanto me he quejado, tanto se han aprovechado y tanto me han explotado y no porque haya estado picando piedra, sino porque bien sabes que un minuto de mi vida no tiene precio y de la tuya... no lo quiero ni imaginar. Lo normal es, desde la altura que pueden dar 29 primaveras, soltar la escopeta, dejar el coto al que nunca quise apuntarme y encontrar en ti una oportunidad que muchas quisieron darme pero que no quise o no quisieron aceptar. He visto tanto en tan poco, he visto grandes caidas, grandes acontecimientos, grandes celebraciones, grandes tratos y grandes personas... Lo que veo y lo que aprendo no sirve más que para asegurar un tiro, para ver mas allá, volverme más reflexivo y, si algún día te elijo, saber que no te elijo desde la necesidad, sino desde la libertad que me regaló mi gran amiga Soledad. Me como los kilómetros si hace falta, me como la provincia y me como mis cojones si hace falta, pero no me pidas que me coma la dignidad que una vez la probé y la indigestión me duró casi un año. No soy nada especial, soy una persona normal que busca en la normalidad lo especial porque sabe que lo especial es ser normal y que lo normal es sentirse especial, porque la normalidad es comprender, empatizar, sonreir, andar, estar (o no) de acuerdo, correr, dormir, soñar, mirar el cielo azul y perder la vista observando golondrinas, hacer el tonto, estar todo el día en el coche cantando, enseñar a los ángeles a comerse petit suisses de plátano, leer, jugar, llorar, querer, abrazar, trabajar, estudiar, opositar y seguro que algún día aprobar y ser ese maestro que esta sociedad presa de sus miedos, sus complejos y los malditos hijos de puta que nos gobiernan, necesita. Mientras cambio el mundo, acompáñame a cambiar el mío primero, a crear esa base desde la que disparar ideas, opciones B y música, mucha música, percusión, cuerdas y carnaval, mucho carnaval. Eso es lo normal, esa es mi normalidad, no me pidas cerveza ni tabaco que no quiero morir aún más joven, no me des redbules ni actimeles que no quiero ser ni mas fuerte ni inmortal, solo dame cultura y un papel y un lápiz que es sólo así como seré fuerte en inmortal, no me pidas que vaya a 140 porque no me quiero matar (lo normal) no me pidas que chille, que te trate mal como a mí me trataron (lo normal) porque sé lo que es temblar de miedo con los huesos contra la pared, porque sé lo que es la angustia, pero también sé lo que es el amor ¿tu no? pues ojalá algún día este camino de losas amarillas nos acerque y te lo pueda mostrar y si no te lo muestro yo que te lo muestre alguien porque merece y mucho la pena. Eso es lo normal, que no lo frecuente, si compartes mi normalidad o peor aún si me ves especial por hacer una alegoría a tanta normalidad, quizás también seas especial, o quizás seamos dos mediocres... sea como fuere lo importante no sería el reino al que pertenezcamos, lo importante sería que pertenecemos al mismo reino. Quiero saber que te pasa y que, por fin, te enamores de mí.

miércoles, mayo 08, 2013

Sangrando...

Mira que me gusta escribir sobre temas alegres e inspiradores, sobre energías positivas y todas esas parafernalias creadas a partir de una sociedad mas bifidusiada, pharmatonada y actimelizada. Y es que hoy volvemos a sangrar por culpa de la tolerancia que, en algunos casos es prima hermana de la estupidez, porque al fin y al cabo tanto el estúpido como el tolerante captan del exterior y son conscientes de las opiniones ajenas, aunque cada uno proceda de manera distinta. Tengo cada vez más demostrado que un "NO" está cada vez peor visto por una sociedad que se queja de los productos que ella misma crea, de consentidos sociales, de huérfanos ambientales, de amistades sintéticas, valores borrosos, estrategias baratas, conversaciones usureras y opiniones nefastas, apolíticas y "atodo". Recuerdo esa marvillosa película de acción futurista y de los noventa en las que Silverter Stallone decía improperios y saltaban multas o en las que nunca supimos como usar esas célebres tres conchas. Esa película la veía tan lejana y cuiriosamente la tenemos aquí al lado, aquí cerca. Hoy se confunden terminos, como se confunden valores, criterios, razones y sentimientos. Y como cromos te cambio la nobleza por la "hiperpocresía" o no me des el cromo de la angosta moral que ese lo tengo repetido muchas veces... te cambio la personalidad por la prepotencia, aunque ni sepa qué es lo primero porque no lo he visto nunca, ni lo segundo porque lo tienes tan interiorizado que es imposible verse el ombligo por dentro, salvo cuando es demasiado tarde. Es buena esta blogoterapia porque sólo tú sabes a qué me refiero con estos términos y porque desde la cobardía del pseudoanonimato y las palabras en clave cual espía del KGB siento esa valentía con red que me permite decir sin decir jugar sin jugármela y ganar sin ganármela. Hoy considero un día ciertamente injusto, porque los que enseñan a no chillar, han chillado, los que enseñan a respetar no han respetado y los adalides de la defensa equitativa en la justicia universal infinita del marquesado de villaquisiera con ducado rubio en cajetín de metal sollado por las esquinas y con óxido procedente del mal encerado, han sido tan injustos como previsiblemente injustos, porque no hay mayor ciego que el que no le han salido los ojos aún e intenta observar con las cuencas oculares, pero sobre todo porque, tras consejos vacíos, propuestas más idealistas que devolver el río por la alameda, contradicciones como trabajo rutinario, se nos olvida que sólo somos unos vendedores de lechugas.

viernes, abril 05, 2013

Una metáfora azul

El azul siempre fue mi color favorito y tal vez hasta ayer no descubrí el por qué. Azul es el principio y el final, es la inmensidad, la nostalgia, el principio de la asfixia, el enemigo de los semáforos y el himno oficial de los ríos, mares y océanos. Es el que más trabajo nos da, porque siempre en un dibujo a mano alzada nos planteamos si colorear todo el cielo de azul con ese pobre lápiz, pero tambien el más agradecido, porque hace que dos ojos azules lo eclipsen todo... El marino aporta elegancia, el claro juventud, entre su infinito espectro relucen tantas tonalidades como segundos tiene un atardecer de primavera sobre aquel horizonte que no podemos olvidar porque sencillamente, lo hemos creado nosotros. Mi azul no es tu azul, es solamente azul, y a través de él, ves y a través de él, te veo y a través de él, nos ven, y a través de él, nos vemos. Hoy sólo pensaba en azul porque con azul me acosté y con azul me levanté y azul pensé todo el día de hoy. La cadena me persigue pero por momentos, consigo ser más rapido que ella y eso no sé si es bueno o malo, solo sé que es, que no es poco, porque saber qué es es mejor que no saber qué es y estar dentro de su ser encadenado, inconsciente y con unas paredes transparentes que, cada vez que te chocas contra ellas te hacen creer que es culpa tuya o lo estás soñando. Hay que saber elegir a quien lavar un cerebro, porque no todo el mundo lo tiene, o no lo tiene donde debería tenerlo, que no es lo mismo pero que es igual a esos efectos oportunos de la ambigüedad infinita que recorre el vacío de mi cráneo. Me quedan pocos días para volver a la ciudad que aún no se mide por parados sino por sonrisas, a la ciudad que pare otra ciudad de lonas rayadas cada año para condensar lo mejor y lo peor de sí misma en un intento de chauvinismo extrovertido, que parece contradictorio y que por supuesto lo es, como esta mi Sevilla de rosarios y borracheras, de metropoles y catedrales, de ateneos con sus consecuencias, de fríos y calores, de pequeños y blancos consulados de nuestra ciudad que por abril están en cada rama de un naranjo. Cuando vuelo a Sevilla, el avión tarda 10 minutos menos que cuando vuelve a Valencia, porque cierra sus ojos y viene directo por la ruta del adobo, de la cerveza bien fría, de la perenne sonrisa, del sol de media tarde y de sus noches infinitas en las que ni queremos ni podemos dormir con esos 25 grados que nos empujan a la calle para que sigamos siendo nosotros mismos. La semana que viene vuelvo por fin y aunque sé que hace mucho que no se ve el azul, estoy seguro que voy a ayudar a sacarlo de nuevo en el cielo, porque el azul que me gusta es el de Sevilla y por que sé de una fuente inagotable de azul de donde sacaré el lápiz para volver a colorear el cielo como cuando niños. El azul está ahi, en tu carácter, en tu mirada, en tus ojos...

Luna lunera

Quién me iba a decir a mi, luna lunera, que ibas a estar tan cerca. Quién me iba a decir que la luna no sólo da luz blanca sino que da una luz azul, una luz que hasta respeta a las sombras, porque es magistrada en empatía, simpatía y un infinito repertorio de virtudes que hacen describirte, luna lunera. Yo que te he hablado en tantos y tantos artículos, yo que buscaba en mis artículos anteriores la comprensión de tu luz, yo que he buscado en tí la inspiración, la vida, la muerte, las lagrimas, las sonrisas y todo aquello que se escapa del corto raciocinio del mundo y del largo raciocinio de los locos. Te busqué y esperé pacientemente a que la luna llena llegara, sin tener calendario, ni saber si volvería a llegar, pero una noche volvió a salir la luna e iluminó tanto que se volvió a hacer de día. Tanto poder de atracción tenía la luna, que los relojes se adelantaron una hora para que el mundo al despertarse pudiera despedirse de nuevo de la luna, y poder saludarla cada nueva noche. En esa infinita emisión mitad fotón y mitad ondulación, irradia valor añadido, despierta por la noche, no deja ni dormir, acaricia el alma, sonríe, siempre sonríe... ¡y eso que es la luna! La luna pinta de plata los mares como bien lo saben los gaditanos, iluminan al injusto impidiéndole actuar con alevosía al arropo de la noche, acompaña a los enamorados, adorna perfectamente la inmensidad infinita de purpurina, conduce la noche, invita al día y da los buenos días a la tarde, una y otra vez por siempre y para siempre. Un marinero en tierra se ahoga enseguida, pero una noche sin luna no respira y yo tengo demostrado que sin luna no me inspiro de la misma manera que cuando sólo me la imaginaba, como puede leerse en mis artículos anteriores, ni ahora que se me ha caido encima, quizas de tanto buscarla, quizás de tanto desearla, quizás de idealizarla. Pero que me quiten lo "bailao", porque hoy me acuesto mirándote desde la ventana con los ojos cerrados, porque tú mejor que nadie sabe que para ver bien a la luna hay que cerrar los ojos, y no porque la luna no sea bella, que lo es, sino porque su cara oculta es todavía más maravillosa, y de eso estoy convencido. Buenos días Luna, buenas noches, mundo. Voy a buscarte entre la inmensidad oscura gracias a tu camino de estrellas.

martes, marzo 19, 2013

¡Ah de estos muros de piedra!

Existen dos tipo de personas, los que le gusta hablar de sí mismo y los que le gusta escuchar a otros que hablan de sí mismos, los primeros aprenden por fallo-error directo, los segundos, aprenden el error en el prójimo y cuando se disponen a realizar lo aprendido, van la seguridad del ignorante, vuelven a tropezar y entonces aprenden. Hoy quiero volver a hablar de amor, de ese negocio inventado por nuestras necesidades, nuestros complejos y nuestros bajos instintos. Del mal amor, entiéndase, porque del amor puro no suelo hablar, este artículo no es de Arte Mayor. El mal amor es sacar de la mochila el hummus putrefacto, para en vez de airearlo, secarlo o desecharlo, regalárselo al pobre compañero que crees que has elegido y decirle: -toma, compartámoslo, porque el amor es compartir. Generalmente es uno de los conceptos más extendidos de amor y una de las metáforas que, paradiójicamente, más enamora. ¿Quién quiere más, el que deliberadamente o por incapacidad cede todas sus miserias o el que, precisamente porque quiere pretende lavar sus miserias para dar un amor lo más aséptico posible? Limpiar el trastero de uno mismo nunca fue egoísmo, el egoísmo fue ponerse las gafas de sólo verse uno mismo, donde gana la batalla el perjuicio ajeno al beneficio propio, pero querido lector que no te engañen, que es necesario mirar para dentro, como mínimo 2 minutos al día, todos los días de nuestra vida. Porque el amor comienza por el amor propio, aunque la legión del falso amor verdadero diga lo contrario, esa legión que defiende en esa entrega absoluta de ...¿qué?, esa entrega absoluta a un cobarde, un inconsciente, un maltratador o una bellísima persona que te lleve con su barquita al primer puerto que quiera, por interés, por desinterés o lo que es peor, por incosnciencia. Si malo es ser esclavo de tu subsconsciente, peor es ser esclavo del subsconciente de tu compañero. Nadie enseña a amar y mucho menos a amarse y lo que es más rastrero, malévolo y siniestro, desde la sutileza de la maquinaria del poder, nos enseñan que quererse a uno mismo es malo, porque lo asocian a la falta total de humildad y buscan a esos modelos sesgados donde el éxito no fue nunca fruto de su humildad, sino de su talento, un talento que la falsa humildad apaga y el trabajo a conciencia enciende y aviva junto con una cabeza más amueblada de la cuenta. La humildad la dota la concetración, la humildad no es sentarse a esperar lo que nos dan, la humildad no se viste de gris roto en esa oscura celda agradeciendo una tímida luz que entra por su enrejada, angosta y sucia ventana. La humildad no es estática, la humildad es ambiciosa, tiene caracter y personalidad. La humildad nunca morirá de hambre, como de hambre nunca murió el trabajo, ni de éxito, pero la humildad se quiere mucho más de lo que los falsos humildes se quieren a si mismos. Si las parejas no se vieran como una necesidad, sino como una opción, si las personas no vieran la pareja como un apoyo apuntalador sino como un espacio de intercambio metal y sobre todo, si nos hubieran enseñado a querernos como merecemos, habría menos pero mejores parejas, tendríamos gobiernos más transparentes, una sociedad mas compleja y a la vez más sencilla y no tendríamos que mirar constantemente a Alemania: por cierto Ángel, se te echa de menos. El camino continúa y se esta haciendo peligrosamente vertiginoso y rápido, nunca pedí que esta vida corriera tanto, porque soy muy lento en saborear esa esquina en el parque o ese paseo en la ciudad por conocer, en la ciudad eterna o en la ciudad de la luz.

viernes, marzo 15, 2013

El andaluz

De nuevo la culpable tiene 6 cuerdas y trastes, tantos trastes como combinaciones tiene la música que sale de nuestra mente hacia nuestras manos para acabar en tu mente entrando por tu mente. El andaluz no nace donde le da la gana, porque ser andaluz es una suerte y un privilegio al alcance de muy pocos, aunque si privilegio es ser andaluz, privilegio supremo es ser un buen andaluz. El buen andaluz no tiene sexto sentido para saber estar en los lugares, sitios conversaciones y mundos, el buen andaluz ya va por el noveno sentido, porque el buen andaluz tiene grabada a fuego la empatía, la solidaridad, el cariño y la sonrisa, el más grande de los medicamentos, y el único elemento que es capaz de hacer que el sol gire alrededor de él. El buen andaluz inventó y gestiona la sonrisa como nadie. Sólo él sabe usarla a su antojo, sólo él la domina y sólo él hace de la sonrisa su capa, su escudo y su arma, mientras el resto del universo la menosprecia, porque para eso la infinita ignorancia les infectó, enfermedad de la que hace más de tres mil años se vacunó el andaluz en una charca de la Caleta. El buen andaluz es capaz de vivir cada segundo como si fuera el último, es más trabajador que un alemán, más práctico que un sueco, más pasional que un brasileño, más inteligente que un japonés pero es menos que los americanos, menos ignorante me refiero, claro. Y todo ello con esa luz que sale de entre dos labios inmensos por lo que guardan y muy ricos por el valor inmaterial de lo que atesoran. El buen andaluz es de los pocos que maduran pero no envejecen, siempre tiene un buen consejo, una rima, un buen refrán... sabe cuando viene la lluvia, sabe hacer un canuto con la o y la o con un canuto, domina su medio y su entero, esucha atentamente, comprende, valora, rectifica y como siempre, sonríe. Quien no conoce a un buen andaluz hay una parte de esta vida que se pierde y es una pena porque en esta vida o se está triste o se es andaluz. Si de algo me siento orgulloso es de haber visto tantos y tantos días como el sol pasea por su casa y por sus tierras, mientras lo releva la luna para contemplar la mar y como sorprendida, llama al sol para que vuelva a ver lo que la luna está viendo, completando un ciclo que no es ciclo de la vida sino de la admiración y del bienestar. El buen andaluz inventó la hospitalidad, parió la fertilidad, descubrió la auténtica riqueza y todo ello con la eterna sonrisa. Eres el fruto de más de tres mil años de pueblos comerciantes, guerreros, pueblos escritores, pueblos filósofos y científicos, eres hermano del arte, hijo de la suerte y padre del futuro. Así que ya sabes, sal a la calle con tu sonrisa y demuéstrales cómo se vive como se ama y como se siente la vida, esta vida que sólo tu sabes administrar, esta vida que creamos por y para nosotros.

martes, marzo 05, 2013

La magia del carnaval o el carnaval de la magia

Mientras a Juan Carlos le inspira la magia para su comparsa, a mí es su comparsa la que em inspira para la magia. Porque creía que eras tu quien podría acariciar algún día mi alma, pero de nuevo vuelven a ser los infinitos bordoneos de la mujer eterna sostenida por esas cuerdas que vibran al mismo tono que vibra mi ser, mi vida y mi muerte. El bordoneo penetra casi sin darte cuenta y provoca esa revolución silenciosa, que es la peor de las revoluciones, con la que sueño algún día protagonizar y que es fija en mis sueños y pesadillas. Mientras escribo, escucho, mientras escucho, escribo y mientras sueño y escribo me siento libre y desconecto de este mundo moralmente matricial, socialmente desaliñado y espiritualmente roído y huesojamonado. Mírame con esos ojos pero no digas nada, tan sólo mírame, quiero verte, quiero recordarte y quiero acabar contigo de una vez por todas, porque hoy de nuevo luchaban mi yo mi ideal del yo y tu, que aunque nadie te invitó, entraste sin llamar, quizás porque eres una descarada o quizás porque nunca puse una puerta, pero eso no importa, lo que importa es que entraste y querías luchar contra nosotros, porque sólo por entrar, ya estás en contra. Lo que si tengo claro es que no pienso salir por la ventana esta vez y ni siquiera saldré por la puerta por la que entraste, porque me prometí no salir por más puertas y menos por las puertas traseras. Me encomendé a mi ego y recé a mi voluntad, llevo un rosario de introspección que me acompaña, me dota, me abalancha, me nutre y me hace sentirme más orgulloso sobre todo cuando te miro a ti, con la asimetría por bandera, tanto física como moral. Y pensé que todo estaba hecho, pero quien lo tenía casi todo hecho eras tú, y digo casi todo porque cometiste uno de esos pecados que no son mortales porque no cuestan la vida aunque tu lo llamaras asi. La tolerancia y la falta de autoestima comparten la misma indumentaria, salen por las mismas calles y a veces comparten amistades, pero una vive en frente de la otra, porque la primera está casada con la construcción completa, o al menos medio completa, del individuo desde su perspectiva infinitamente interior, mientras que la segunda, si está casada, lo está con la pesadilla, que aunque ella lo llama sueño o ilusión, el tiempo le demostrará lo que realmente es, aunque nunca lo vea. Estas obligaciones socialemente impuestas cada vez me recuerdan más al Mar Muerto, en primer lugar por muertas y en segundo porque desde la inconsciencia floto sobre ella, cosa que me sorprendía cuando las cosas me sorprendían. Y no es que las cosas ya no me sorprendan, sino que una vez en una taberna cambié la sorpresa por la cautela y la curiosidad y creo que salí ganando, aunque claro, no me sorprende. Yo quiero llegar a ver el mundo en el que el dinero no exista, porque ese mundo llegará y llegará paradójicamente como contraposición de comunismo aunque sea comunismo propio; cuando querramos ser tan eficiente que querramos ahorrar espiraciones por hora, los 12 con 25 segundos para almorzar o el extremismo en la eficiencia. Esa eficiencia donde el gasto de hacer un billete sea tan superfluo que ya ni siquiera se hagan y nuestra sociedad tan democrática, como veces ha de recordárselo a diario, tenga la estructura estamental tan rígida, que no haga falta ni el dinero para conocer los estatus personales. Recuerda, la pobreza está entre tus cejas y tu cogote, en tu cartera solo hay plástico y papel(quien lo tenga). El Amor, es la mentira mayor que jamás se haya contado, es un dolor clavado, un ataque al corazón... así continúa una de las mejores cuartetas para mi de este 2013 y que irremediablemente me recuerda a tí, desde la distancia tan corta como unos pocos cientos de kilómetros, pero la distancia infinita de llegar a comprender el por qué. Nunca las catársis fueron a la vez terapia, recuerdo, declaración, opinión, alivio, sentimiento, amor, odio y sueño. Bueno, si lo fueron, las mías.

miércoles, febrero 27, 2013

Lunares...

Sólo tu haces que pase de escribir 1 artículo en dos meses a escribir dos artículos en un día, sólo tu consigues ese hueco para que mis dedos conjuguen este texto donde escribo, divago, pienso, siento, declaro y escupo. De nuevo la noche me acompaña, y, aunque me abandona al amanecer, siempre me da un beso y me dice: descansa y despéjate en el trabajo que por la noche volveremos a vernos. y aquí de nuevo ando, ensimismado con el brillo de aquellos lunares de oro que brillan en tu cielo, porque de nuevo vuelvo a estar en el onceavo, atrás, muy atrás quedó la época de cuando no sabía de tu existencia porque ahora la veo la huelo y la presiento aunque sea de día, porque ahora te entiendo. Cuando pienso en un pozo sin fondo no hago mas que mirarme dentro, y cuando pienso en un fondo sin pozo te miro a ti, a la cuerda locura que desprendes desde esos rayos rebotados a millones de años luz. Es bonito decir que se es feliz, pero más bonito es saber que la felicidad es una excusa, una autoprotección, o un escudo para esconder nuestras pocilgas más rastreras, por eso aprendí a sacar mis pocilgas, a decir que no soy feliz, a decir que tengo pocilgas porque, paradójicamente, esa limpieza y ese muestreo de las pocilgas del ser humano (valga la redundancia), son el duro, dificil y doloroso camino de la felicidad, y por eso quien realmente es feliz nunca lo reconoce, mientras que quien lo dice, sólo es más esclavo de sus condicionamientos, sus complejos y su personaje que le puede, que lo conduce y que lo hace vivir una vida que no es la suya en esta, nuestra corta vida. Con mi mano agarro la ira y la tiro al suelo, con mis ojos observo lo bueno de ti, lo conservo en mi pequeña bolsa de cuero, lo imito, lo recreo y lo reconstruyo. Con mi sonrisa abro caminos, destrozo prejuicios y creo liderazgo, pero con mi mente... con mi mente lo puedo todo. Con mi mente soy libre de todo excepto de mi mismo y de mi otro yo que me persigue y cuanto mas rápido corro más rápido me persigue. Con mi mente soy quien quiero ser, analizo lo que dices, lo digiero y lo incorporo, pero no hay ataduras, siempre voy desnudo, no llevo alajas, voy descalzo, no ando sino que floto y para colmo llego donde quiero y cuando quiero llegar. Es duro reconocer que uno se equivoca pero más duro es pensar que no se equivoca nunca uno, como duro es no tener amigos, pero más duro es tener gente alrededor y estar solo. Dicen que esta vida es dura, cuando lo realmente duro no es la vida sino nuestras estúpidas elecciones. Porque la estupidez es ese estado propio de la condición humana que al menos una vez en la vida nos visita y que en algunos casos viene para quedarse mientras que en otros, nace, crece , se reproduce y muere. Me voy a cenar que va siendo hora, no trateis de entender el blog en su totalidad, no lo entiendo ni yo... Os quiero.

martes, febrero 26, 2013

Divagando

Si hay algo que se me da bien es divagar, aquí, en la infinita soledad de mi mismo, desde este onceavo que está mas cerca de la luna, eterna compañera, que de los ruidos del asfalto, donde los silencios de la gente pretenden dejarme tan sordo que huyo lejos, tan lejos como puedo, tan lejos como dentro de mí. Y es que cada vez me entero mejor de cómo funciona este juego y cada vez quiero jugarlo menos, porque eres consciente de sus reglas y ves el decorado, ves el cartón piedra y descubres un día, casi por casualidad, que lo importante de la obra es la sutileza y la sensibilidad del mensaje que esconde dentro, sólo reservado a esos elegidos que saben desgranar, priorizar y entender. Pero los demás priorizan el decorado, y esta obra, con fecha de caducidad, cada vez habla mas rápido, más sentenciosa y mas pretenciosamente, cada vez cree saber más de si misma y cada vez se equivoca más y más. Cada vez vacío más la mochila, cada vez me quedo con menos y, curiosamente con cosas intangibles, cada vez me preocupo menos por un coche y más porque no me falte mi acorde de guitarra de cada día, cada día me preocupo menos del que dirán y cada vez me preocupo más del qué digo yo, cada vez me preocupo menos de tí y, doblemente irónico, me preocupo más por tí. Si hay algo que admiro, es la sensibilidad, es la complejidad que encierra lo aparentemente sencillo, es la pureza que escupe tu mirada en mi cara, una pureza que no sé, no quiero e incluso temo encarar. Y de tu pureza, que sólo tu tienes, y de tu sinceridad que sólo de tí quise aprender, se forja el camino que quiero recorrer día a día, porque sé que sólo así me alejaré de aquel pueblo, con tantos habitantes, de la demagogia. De pequeño quería ser mayor, y de mayor la gente quiere ser pequeña, pero yo ahora que ya soy mayor no quiero ser pequeño, porque nunca dejé de serlo, ni quiero ser feliz, porque nunca dejé de serlo, ni tampoco quiero un atardecer en la playa de la caleta o desde la azotea de mi casa, porque ya los he vivido y los vivo intensamente. Si algo pidiera ahora que soy mayor sería no tener que pedir nunca nada, ni a mi ni a nadie, porque después tendré que devolverlo, y los interesés de los demás no importan, pero mis propios intereses son caros, muy caros, carísimos, tan caros como cara vendo la tristeza, la pena y la irresponsabilidad. Las vendo tan caras que ya ni siquiera las pido a los proveedores porque nadie me la compra y, gracias a los clientes de los que me he rodeado, no tengo que almacenarla y ya no lo trabajo. Cuando dejas de trabajar la pena y la tristeza, tienes más espacio expositivo para la alegría, para la sensibilidad y para la empatía, y claro, vienen los clientes que tu siempre quisiste que vinieran, porque he ahí el descubrimiento: la amistad no es un fin ni una meta, sino una consecuencia de cultivar una semilla de sonrisas, regarla con constancia y dejarla al aire libre para que le dé el calor y el brillo del amor. Hace tiempo descubrí la interdependendencia, me enamoré de las cosas bien hechas, fuí infiel a mis principios... y a mis finales, lloré por mi bien, reí de mi mal, anduve desde la cama y sobre todo me vestí de vergüenza pero solo con prendas de verano, porque a mi los abrigos nunca me gustaron. Mis zapatos son el realismo, porque son los que me tienen en contacto con este mundo tan injusto como bello, tan bello como extenso, tan extenso como intenso, tan intenso como justo; mis pantalones son la noche, porque ocultan aquellas ciénagas de las que me costó salir y las mejores noches de mi vida y en la camiseta va el día, lleno de colores, de signos, de maravillas, de alegría, de recuerdos y de mucho mucho carnaval. Me voy a la cama, que creo que estoy comenzando a divagar, y cuando divago corro el riesgo de hacer eso que ya no hace casi nadie, corro el riesgo de pensar. Cuidaos y recordad lo mucho que os quiero.

martes, enero 01, 2013

Mujeres, amor y otros inventos...

Necesito poca luz en los ojos, a Martinez ares en los oidos, un regusto a chocolate en los labios, olor a incienso y un teclado sobre las manos, para este artículo. Hoy quiero hablaros de mujeres, hacía tiempo que quería tratar un artículo sobre ellas, las culpables y las inocentes, las buenas y malas, las que más daño me hicieron y con las que no me porté bien, las que me han hablado mal y las que he dejado de lado, las que fueron injustas conmigo y con las que yo lo fuí. Ha habido mujeres que han querido y no han podido, otras que han podido pero no han querido, otras que ni quisieron ni pudieron, y cuando encontré a quien pudo y quiso, se la llevó una muerte, que no la suya. Conozco mujeres que viviendo a mas de 200 kilómetros nunca les importó una relación, otras que a apenas 20 kilómetros no soportaban la distancia. Sé de mujeres felices con una carta de mi puño y letra y de otras infelices e insatisfechas con un anillo de oro. He visto siempre la misma aparente intención de escuchar pero en sus caras sentimientos muy diferentes, desde extrañeza hasta sutil asco, pasando por interés, amor, alegría y el más doloroso de los sentimientos que se puede hacer hacia un hombre enamorado: el de la amistad. Las hay notarias, pues fichan y dan fe de todos tus movimientos e incluso se atreven a prever, organizar y ordenar los momentos adecuados para cada asunto, sin saber que intentar cambiar a las personas es una osadía y que la libertad de cada uno consiste únicamente en dejar de mirar y no en dejar de hacer a las personas como son si no son para mejorarlas. He visto tanta mujer queriendo ralentizar la vida, el ritmo, el alma o la pasión de su compañero y he sentido mucha trsiteza al ver que las mujeres eficientes, las de verdad las de mil y una vida, se esfuerzan en optimizar a compañeros abnegados por actitud o aptitud... una de esas mujeres quise un día para mí, pero no la encontré sola, con afín o viva. En las tabernas de mi alma es mi paciencia quien paga todas las consumiciones, porque es la única con dinero suficiente y porque la soledad nunca lleva efectivo, la violencia nunca paga ni ha querido pagar y el rencor nunca está invitado a la mesa. Quiero agradecer a todas las mujeres (que no son muchas) que en estos 28 años han pasado por mi vida, por mis labios, por mi cama o por mi cabeza (en ese orden respectivamente descendiente). A las que pasaron por mi vida, no olvideis el camino, que en él podreis encontrarme cuando querais, a las que pasaron por mis labios, que te vaya bonito... A las que pasaron por mi cama, que siento no haber sido el último y a las que pasaron por mi cabeza, que casi me volveis loco, o cuerdo, que es aún peor. Salud