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lunes, septiembre 16, 2013

Pasión...

Hoy me acompañan los acordes de suso que no son como la luna pero acarician el alma, hoy comienzo a entender que los errores los pago a precio de oro no porque tenga mala suerte, ya que la suerte me la cuelgo a la espalda todos los días, sino porque la excelencia es lo que tiene, placer infinito o infierno eterno. Lejos de la labilidad y lejos de la indecisión están la pasión porque la pasión es recta hacia el camino que le dicta su patrón que no es más que su corazón, el que le dicta, el que hace que se equivoque y el que, en definitiva, le hace vivir. Con este desgarro no puedo decir que sea feliz pero si que vivo intensamente los instantes que me bebo respirando como el tic tac de un reloj, aparentemente eterno hasta que un día, cada vez menos lejano, se pare. Yo he navegado en tus labios y orgulloso em siento, yo he acariciado tu pelo y aun tengo el recuerdo de esa textura, yo se lo que es amar, se lo que es ese encogimiento de estómago, ese estremecer y sé lo que es llorar, reir, sufrir, sonreir... Quién aún intenta consolarme me conoce menos que el que trata de ignorarme, porque mi fuerza y mi estabilidad, si, mi estabilidad, harán que no me rinda en mi misión que no es otra que la de andar en este camino espero que contigo. Tengo que devolverte el llamador de ángeles, porque por más que lo llamo no viene, no em explica y no me consuela, ya te digo sólo es suso con sus divinos acordes quién me transporta a un lugar, a ese lugar en mitad de la nada, donde hacía tiempo que no lo escuchaba. Permíteme que me presente porque puede que no te conozca del todo, pero seguramente habrá cosas que aún no sepas de mí, pues si las supieras el distingo entre mi y el resto sería tan infinitamente eterno como tu y todo. Soy el que se preocupa en demasía, el que anda montado en un caballo llamado prudencia, el que es capaz de dormirse en 5 minutos pero querer una vida eterna, el amigo de la ocurrencia, amigo de la arruga, en la cara y en la ropa, pragmatismo es mi segundo nombre, conversador de la luna, intratable cabezón, cabezudo y cabezota, no tan listo como piensas pero mas listo de lo que creen, y futuro padre de la barbaridad, porque sólo tu y yo queremos bárbaros en nuestra vida, o al menos eso hablábamos. No se por qué pero la luna no me abandona y me sigue sonriendo y yo con ella mientras charlamos y le cuento lo mío y ella em cuenta lo suyo, que aunque no lo parezca también lo tiene ahí donde la ves, tan blanquita y tan alta. No sufras ni pienses demasiado, tómate tu tiempo y equilibra la balanza, a mi me tienes y me tendrás, no por debilidad sino porque me da la gana y porque como ya te dije eres tu o nada. La nada la vuelvo a tener así que seguiré andando porque andando es como te enamoraste de mí. Espero que, de nuevo nuestros caminos se unan en esta inesperada curva y sino pues lloraré hasta que la última lágrima antes de caer al suelo me recuerde que el camino de losas amarillas continúa. Cuídate y espero verte muy pronto y si no lo quisieras así, que te vaya lindo, muy relindo, no obstante te contaré un secreto... eres el amor de mi vida.