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martes, septiembre 07, 2010

El arte de vivir


Vivir es un arte, pero no un arte cualquiera, sino un Arte Mayor o mejor dicho, el mayor de los artes, porque sólo ha vivido quien ha podido, ha sabido y, obviamente, quien ha nacido.
Vivir en el sentido que nos afecta, es un enorme gazpacho (metáfora andaluza donde las haya) condimentado con muchos ingredientes en cantidades muy diferentes.
Confundir el Hedonismo con el buen vivir es como hacer un gazpacho sólo de pan, de mucho pan, porque para saber qué es el placer, es necesario conocer el dolor y para apreciar lo que se tiene es necesario echar en falta o desear lo que nunca se ha tenido.
Es por eso que los mal llamado ricos, pues algunos sólo tienen dinero, muchas veces mueren solos, jóvenes y con una vida poco envidiada desde la perspectiva nuestra, del mileurista (el que los gane).
He ahí la ironía, que para vivir bien antes hemos de vivir mal, pero claro, ese tiempo que se vive mal no es tiempo de felicidad y por tanto de buena vida, por lo que una parte de nuestra vida no estará bien vivida.
La clave está en cuanto de nuestro tiempo hemos de dedicar a vivir mal para poder gozar de la buena vida y, por desgracia, nadie tiene la fórmula perfecta.
Aquí entran en juego los sacrificios que podríamos clasificarlos en corto, medio y largo plazo.
Los de corto plazo son aquellos esfuerzos que realizamos para un estímulo positivo casi en el acto, y así sucesivamente en el medio y largo plazo.
Quizás la satisfacción que produce comprarse la últia novedad de aquel libro o aquella camiseta no la produce establecerse un plan de pensiones, pero nuestro cerebro, que es muy listo él y tiene esa capacidad de establecer temporalidades, sabe que a la larga, en nuestra jubilación, una paga extra nos dará muchas satisfacciones más que aquel libro que tal vez ya ni exista.
Pero he ahí la gran duda ¿Y si muero antes de jubilarme, para qué he hecho un plan de pensiones? o ¿Y si no hago ningún sacrificio a largo plazo y tengo la "desgracia" de llegar a viejo?.
Pues sólo tiene una respuesta: Equilibrio.
Soy un enamorado del equilibio, tal vez un puto perfeccionista como me dijeron a los 14 años, pero creo que todo se canaliza por ese medio.
Cada minuto que pasa por nuestras vidas es un minuto que no viviremos jamás y aunque es un comentario demagógico (pues nadie se escapa del secundero eterno), no es un motivo para alarmarse ni para hacer locuras.
La vida es a veces demasiado larga y a veces demasiado corta, como cuando nunca ves la luz a aquella dichosa carrera o en esa cita de domingo por la noche que no quieres que acabe nunca.
Lo que es un error es querer malgastarla, pero ¿Cómo se malgasta?
Malgastar es acortarla, o terminar con ella de forma fulminante, dejándonos llevar por un cerebro que a veces nos hace creer que no hay otra salida.
Sacar los problemas del dichoso quicio es en sí mismo un problema, quizás el más importante de todos porque puede tener desastrosas consecuencias.
Repito, en el equilibrio está la clave; porque nos gusta en exceso presumir de cuánto y lo bien que hemos vivido en detrimento de la vida del vecino que, a nuestro parecer es penosa, triste y sosa.
Pero el vecino habrá leído esa novela tan interesante que seguramente desconozcas, o habrá recorrido montes y valles luces y sobras, tierras y mares, o simplemente habrá visto la televisión, pero eso que importa mientras nuestro vecino haya sido feliz.
Ahí está la clave del arte de vivir y por extensión, de la felicidad, en que nuestras vidas son como unos guantes que sólo nos encajan a nosotros y nuestro ejercicio más complicado no es otro que averiguar qué es lo que realmente nos hace felices, porque una vez que lo sepamos, ¿A qué estamos esperando para hacerlo?.
Mira dentro de tí pero no demasiado y descúbrete a ti mismo, cuenta las estrellas, toca la guitarra, canta, ríe, baila, duerme, come, liga, corre, vuela, haz lo que quieras o no hagas nada pero vive, vive tu vida y no la que te marquen los demás, pero vive y deja vivir, por supuesto, no quedes mal con nadie que nadie lo merece, ayuda a los demás, sé paciente, comparte, habla, sé sencillo y por supuesto no dejes de sonreir.
Que no piensen por tí los que dicen que todos los paquetes de cereales han de llevar en su reverso un pseudojuego para niños, los que creen que el color rosa es para las muñecas y las muñecas para las niñas, o los que nunca pondrán a ningún figurante de raza negra en los anuncios del Corte Inglés... Todo parece coincidencia, pero todo oculta unas intenciones y unos motivos hecho por los que aprendieron a pensar y ser felices por si mismos, esos que llamamos horteras porque llevan unas gafas raras o una ropa que no encaja con lo que ellos mismos nos dictan.
No es un ejercicio fácil y cuanto más mayor se es menos probabilidades tendremos de descontaminarnos, pero si algún día lo consigues, empezarás a vivir y vivirás tu vida como nadie la haya podido vivir, porque tu vida es tuya, tu vida es única.
Si ya vives tu vida felicidades, estás entre los elegidos.

domingo, septiembre 05, 2010

Lo que ven los ojos de Irene

Prometí que la siguiente entrada sería para tí y lo prometido es deuda.
Conozco a una persona buena, no es la única buena en el mundo pero sí es una persona buena que está en este mundo.
Cuando los ánimos se han vuelto mineros y la esperanza que uno carga a sus espaldas sobre esta sociedad recuerdan a cangrejos de río por sosos y por sus andares, siempre aparece una persona como ella para recordarte que no todo está perdido y, como le ocurren a todas las buenas personas, los excesos de preocupaciones les traicionan y les dejan en la meta en peor posición que a las malas personas, pero qué le vamos a hacer, porque uno nace bueno y muere bueno por desgracia del que cree que de bueno se es tonto, del propio afectado y del mismísimo diablo que, a pesar de todas sus labores proselitistas, no conseguirá reclutarla para sus diabólicos fines, porque, bueno se nace y bueno se muere.
Y buena naciste, no me consta pero me lo imagino porque sólo los fotógrafos son capaces de permanecer en el anonimato y retratar la vida, la felicidad y la alegría de los demás, y encima, hacer de ese ejercicio de generosidad, un oficio, sin hablar del oficio generoso por antonomasia, el de dedicar toda una vida a enseñar a guiar a querer a derrochar a sonreir a dar soporte, ayuda, consejo, confidencia, notas, conocimiento, actitudes, habilidades, procedimientos, aptitudes y un sinfín de cosas más que tú siempre le has dado sentido, y no suelen tenerlo tanto en una mesa de oposiciones.
Pero ser generoso no siempre es correspondido por desgracia, y son muchos sinsabores, por el alumno que pierdes o por esa 25º hora al día que nos falta a todos para terminar de explicar, de ayudar o de asesorar.
Aún así me preguntas por qué dejé aquella carrera de ciencias tan resultona y tan afamada por una carrera humana y siempre pensaré que la vocación es el eje que moverá la tierra y que, tarde o temprano, lo hará.
Tuve la suerte de que fueras mi tutora en esa clase de los José Nuñez y compañía ¿Recuerdas?, Igor, Sandra, Francisco, Tamara, Rubén y tantas y tantas vidas que por un momento eran paralelas, y después tomaron su camino entre la necesidad de vivir y la opción de elegir los caminos que sus necesidades, una vez cubiertas, les permitían.
Todos llevan un agradecimiento como el mío tatuado en esa porción que el corazón reserva para los recuerdos de la escuela entre el olor a libro nuevo, el ruido de salida de clase y los famosos Teoremas de D Jesús.
Entre canastos y restaurante (con aquellos viejos tickets de 575 pesetas que suponían mi primer concepto de elitismo), entre la cristalera del patio de infantil y la cristalera que siempre fue misteriosa por albergar aquellas estancias viejas, sucias y dignas de cualquier novela de Stephen King.
Entre el antiguo comedor de canastos y el nuevo laboratorio, que son el mismo, entre la antigua biblioteca y el nuevo despacho de dirección, que son el mismo o entre el campeón de la primera edición de Ping-Pong y el de la segunda que tambien son el mismo...
Entre todos esos recuerdos está la sección agradecimientos.exe y entre ellos estás tú en una posición privilegiada, créeme que yo estaba allí.
Te prometí que no habría faltas de ortografías, porque quedo en evidencia yo y por extensión tú, así que más por tí que por mí va dedicada esta entrada de Blog a tu risueña sonrisa, tu fuerza ilimitada y sobre todo tu enorme paciencia.
Haznos un favor Irene, sigue repartiendo humanidad, que nos hace falta.

viernes, septiembre 03, 2010

La tranquilidad

Por fin es viernes, y por fin llega lo que más ansiaba en muucho tiempo, la tranquilidad.
Tranquilidad de, al menos no dormir en un hotel, permanecer mi móvil mudo durante más de 2 horas, sin proveedores, familiares, amigos ni nadie a mi alrededor excepto esa botella de agua que calma algunas de mis necesidades fisiológicas.
Tengo una costumbre muy rara y es la de ver las cosas desde una óptica diferente.
Es viernes, noche y ni mi cuerpo ni mucho menos mi alma les apetecen salir de estas cuatro paredes donde anhelaban estar así, descansando y sin ningún problema que me enturbie la cabeza.
Dinero, lo que es dinero, no tengo pero en mi escala de valores tengo dos elementos que son infinitamente más importante y que dejan al dinero, a la altura del dinero mismo como son mis propias manos, compañeras de viaje y de aventuras por tierras lejanas, cercanas, extrañas, conocidas y mares, y sobre todo la conciencia tranquila de quien puede dormir tranquilo sabiendo que no debe nada a nadie, que no molesta a nadie y que vive, pero sobre todo, deja vivir.
Como decía, mi conciencia está limpia y tranquila pero no nueva, porque nueva sólo la tienen quien nunca la han usado y yo la he usado y la he abusado.
Os hecho mucho de menos y me he propuesto que, si alcanzo más de 50 seguidores en este nimio blog (porque hay días que dudo que alguien lo siga leyendo), intentaré escribir un libro, cosa que llevo queriendo hacer desde hace mucho tiempo pero que por falta de tiempo y sobre todo, de constancia, no he podido.
Quizas sobre carnaval, quizas sobre educación o quizás una novela ficticia con paralelismos reales de esas que tanto em gustan a mí, no lo sé, peor lo intentaré hacer.
Me siento relajado, reconfortado, reflexivo, pensante, calmado, curado, hambriento (por poco tiempo), orientado, motivado, encaminado, centrado, y muchos más adjetivos o epítetos, si los ponemos al revés, que acaban en -ado.
Es momento de reunir fuerzas y concentrarlas en un solo punto para aumentar su eficacia, su eficiencia y su efectividad, es hora de idear planes y ejecutarlos, es hora de estar ahí y poco a poco lo conseguiremos.
Ayer, conduciendo mi Vespa del color de mi bicicleta pero oscura, rememoré algunos recuerdos que viví en ella como aquella noche que salí por lo que entonces era Penélope con un compañero de facultad y la que nos llovió encima, o ese paseo que le dí a Rosa para llevarla al cine desde su casa, en las ahora derruidas viviendas del puente de la Barqueta.
Amigos y amigas, me voy a la cama a descansar, os quiero casi tanto como a mis motrileños. Paz, salud y buena voluntad, cuidaos y mañana más.