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viernes, marzo 15, 2013

El andaluz

De nuevo la culpable tiene 6 cuerdas y trastes, tantos trastes como combinaciones tiene la música que sale de nuestra mente hacia nuestras manos para acabar en tu mente entrando por tu mente. El andaluz no nace donde le da la gana, porque ser andaluz es una suerte y un privilegio al alcance de muy pocos, aunque si privilegio es ser andaluz, privilegio supremo es ser un buen andaluz. El buen andaluz no tiene sexto sentido para saber estar en los lugares, sitios conversaciones y mundos, el buen andaluz ya va por el noveno sentido, porque el buen andaluz tiene grabada a fuego la empatía, la solidaridad, el cariño y la sonrisa, el más grande de los medicamentos, y el único elemento que es capaz de hacer que el sol gire alrededor de él. El buen andaluz inventó y gestiona la sonrisa como nadie. Sólo él sabe usarla a su antojo, sólo él la domina y sólo él hace de la sonrisa su capa, su escudo y su arma, mientras el resto del universo la menosprecia, porque para eso la infinita ignorancia les infectó, enfermedad de la que hace más de tres mil años se vacunó el andaluz en una charca de la Caleta. El buen andaluz es capaz de vivir cada segundo como si fuera el último, es más trabajador que un alemán, más práctico que un sueco, más pasional que un brasileño, más inteligente que un japonés pero es menos que los americanos, menos ignorante me refiero, claro. Y todo ello con esa luz que sale de entre dos labios inmensos por lo que guardan y muy ricos por el valor inmaterial de lo que atesoran. El buen andaluz es de los pocos que maduran pero no envejecen, siempre tiene un buen consejo, una rima, un buen refrán... sabe cuando viene la lluvia, sabe hacer un canuto con la o y la o con un canuto, domina su medio y su entero, esucha atentamente, comprende, valora, rectifica y como siempre, sonríe. Quien no conoce a un buen andaluz hay una parte de esta vida que se pierde y es una pena porque en esta vida o se está triste o se es andaluz. Si de algo me siento orgulloso es de haber visto tantos y tantos días como el sol pasea por su casa y por sus tierras, mientras lo releva la luna para contemplar la mar y como sorprendida, llama al sol para que vuelva a ver lo que la luna está viendo, completando un ciclo que no es ciclo de la vida sino de la admiración y del bienestar. El buen andaluz inventó la hospitalidad, parió la fertilidad, descubrió la auténtica riqueza y todo ello con la eterna sonrisa. Eres el fruto de más de tres mil años de pueblos comerciantes, guerreros, pueblos escritores, pueblos filósofos y científicos, eres hermano del arte, hijo de la suerte y padre del futuro. Así que ya sabes, sal a la calle con tu sonrisa y demuéstrales cómo se vive como se ama y como se siente la vida, esta vida que sólo tu sabes administrar, esta vida que creamos por y para nosotros.